Er finde

Acojona. Y mu buen acierto el de subir de noche (eso sí, pal próximo que venga, de día, así cambio). Después de tanta faena hemos aprovechao bien lo que se dice el puente (ayer fue aquí el día del trabajo).
El sábado nos faltó la cestita de mimbre y la toalla, pero nos fuimos a Central Park: mucho verde, mucha bici y mucho guiri tomando el sol en la hierba (hay hasta una zona acotadita que parece una playa verde). Después, a ver bichos al Museo de Historia Natural, uno de los más grandes del mundo y bastante entretenido (si te gustan los fósiles y reproducciones de dinosaurios, claro). Y de los bichos al Chelsea Market. Es una nave reformada y convertida en un mercado poco parecido al de la Puerta la Carne. Pero mola; pijierío de dulces y una pasarela que recorre buena parte de la rivera del Hudson. Y de la noche ni hablamos. Por ahora.

El domingo, brunch+Ikea. Mu bien pensado eso de jartarte de bloodymerrys y después recorrer un Ikea hasta la bola. Lo cierto es que te importa menos que en el camino de ida se haya agotado la funda del sofá que ibas a comprar. Pero bueno, la Paula sí encontró su escobilla del váter.

Y ayer a pasear a la Lala por el turisteo. Little Italy y Chinatown. Caímos en la tentación de algún que otro souvenir y baratija (que no se dice por si caen similares por navidad).
Llegamos hasta el East River, bastante tranquilito y agradecida una culaita tras el bullicio anterior. Zona Cero, TriBeCa y Financial District. Y al barquito. De todo esto haré reseñas en niuyorpedia, pa que cuando se vengáis lo tengáis to una mijita más fácil y a la mano. Mola hacerlo de noche, pues ves todo el skyline de Manhattan y la Estatua de la Libertad (con esta chiquivisita más que vista).

Creo que este barquito sirve, además de a los turistas, a algún que otro yankie que lleva a su chica a la primera cita y le compra en la cafetería del barco unos nachos con queso para compartir. Vamos, que ya me estoy imaginando al Koloke y a la Luisa…

Y por último, chan ta ta chan, subida al Empire. Merece la pena total. Es poco descriptible: te acojona, te mola, te produce vértigo, flipas, te embobas…y muchas cosas más que todo el que venga sentirá porque es visita obligada.
En breve, afotos.
Mis conexiones a internete están más limitadas esta semana. Pero con este plomazo hay pa rato.

Andiamo al Metropolitan.