Todos tenemos un lado oscuro

Tenía que pasar!!! Y mira que en un principio pensé en mantener el secreto pero, creo que me queda una noche muuuuy larga. Además, a pesar de tener muuuchos deberes por mi cabeza sólo pasa una cosa y misión: encontrar y matar (la frase no es mía, es del teniente Aldo Raine, parte de mis deberes).
Situación: Después de una jornada de 13 horas llego a casa, con curro que hacer. Cena express y todo preparado para una noche larga (aunque nunca pensé que tanto). Y justo cuando abría mi documento para comenzar a escribir...lo vi!!! Justo en frente de mi, quietecito, pequeñito, en apariencia indefenso e inocente pero, NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.

Justo igual que en el puñetero hotel de lujo en el que nos alojamos por error (para que no te olvides, Dominatrix). Manda huevos que las dos únicas veces que he tenido contacto con ratones en mi vida (los hamster no valen) han sido en esta ciudad; por qué no se irán a Michigan???
Y ahí estaba yo, levemente histérica viendo cómo, para colmo, la criaturita iba en dirección a mi dormitorio. Presa del pánico llamé rauda y veloz a Paula (la pobre casi dormía) y la situación pasó a ser la siguiente: teléfono en la oreja, un bote de Cucal en la mano y una escoba en la otra. Ah, y, obviamente, descalza y con mi mejor chandal.
A la caza del ratón; lo pillo saliendo del armario (ya sabía yo que Minnie no le molaba), se mete tras el espejo, le pierdo la pista y la pobre Paula empieza a desesperar.
Como siempre, un par de opciones. Plan A: vente a mi casa a dormir; buena idea si no fuera porque es medianoche y vive tan sólo a 100 calles. Plan B: me busco unas chanclas, me bajo al chino y le cuento a ese señor que tengo un ratón en mi casa; que por favor me venda algo para que salga de mi hogar, que yo no le invité y que si quiere, venga conmigo y así tiene para un montaito para mañana...
Como siempre, elijo la opción C: abro la nevera, me saco un tercio, me lo bebo casi de un trago y recuerdo que Dominatrix me advirtió sobre esta posibilidad debido a que había encontrado trampas para ratones.
Me pongo a ello. Las trampas son unas bolsitas que hay que colocar en la casa. Eso sí, sin abrir pues los ratones se encargarán de hacerlo y morir después. Dos dudas que me asaltan: en el matarratas pone que hay que mantener las trampas unos diez días; y digo yo, por qué no fabrican otro más potente a fin de poder descansar antes??? Mi segunda duda es la siguente: yo pongo la trampa y, en teoría, me voy a encontrar a MickeyMouse y sus colegas muertos alrededor de la bolsita tipo sobredosis??
La anécdota de la anécdota. Todos conocéis el cuchitril. Alguien adivina cuántas trampas he podido poner?? Ni la mansión de Donald Trump...
Epílogo.
Si ya tenía mogollón de curro que hacer, me da a mi que hoy voy a adelantar homework pa toda la semana. No tengo intención de entrar en la cama, dormir ni se me pasa por la cabeza, tengo, al menos, 10 budweiser en la nevera y una suscripción a un videoclub online maravilloso.
Ya sabía yo que Mickey Mouse no era de fiar.
Fue un placer conocerlos a todos.

P.D. Por cierto, los invitados especiales del momento eran los Mártires del Compás (todo muy neoyorquino)